“De la Fonda Coma “Cal Ventura” al Hotel de Bonaventura Coma y al Hotel Coma“

Presumiblemente, la FONDA COMA ya existía en Ordino a finales del siglo XIX en manos de Bonaventura Coma Riba (de Casa Ramonguem) y su esposa, Maria Antonia Pintat Moles, oriunda de Meritxell .Bonaventura era hostelero, payés, porteador y muy buen negociante. Tenía mucho ganado (vacas, caballos, mulas,…) y frecuentaba todas les ferias de los alrededores. También traía de España semanalmente mercaderías que vendería en la Fonda y, por si fuera poco, sacaba tiempo para hacer de guía a los cazadores que venían desde Barcelona. Se recuerda anecdóticamente las cómodas sillas de montar que ataviaba para transportar a las señoras de la familia d’Areny-Plandolit, a quienes recogía en la Seu d’Urgell con previo aviso por carta.

La “Fonda Coma”, era la única existente en los alrededores y estaba ubicada cerca de la iglesia.
A pesar de su pequeño tamaño era un reclamo perfecto, ya que en su planta baja se podía encontrar una tienda con todo tipo de enseres y alimentación (incluyendo carne de las cacerías…) o degustar los suculentos platos que la dueña del establecimiento elaboraba en sus fogones de carbón y cazuelas de barro, especialmente en periodos de cacería y recogida de setas.

Era tal la concurrencia que a veces se habilitaban colchones en el suelo o acondicionaban camas en el propio establo i se comia por turnos en una larga mesa que se iba ocupando de forma que los recién llegados estuvieran más cerca de la chimenea para aliviarles del duro frío del invierno.

En 1913 Bonaventura Coma Pintat, hijo de los dueños, se casó con María Coma Areny y de esta unión nacieron cinco hijas: Rosita, María, Ventureta, Mercé y Carolina.

El buen carácter y gran corazón de la pareja fueron, sin duda, firmes cimientos para asentar el negocio familiar. Era habitual en María prestar ropa seca a los huéspedes que llegaban empapados o prestarse sin dudar a ayudar a cualquier vecino ofreciéndole mercaderías para cubrir sus necesidades familiares en aquellos duros tiempos. Por su parte, Bonaventura no dudaba en acoger a los refugiados durante la guerra declarándolos como sus propios mozos.

Así, la reputación de la Fonda fue en aumento y, de modo especial, la de la cocina de la “regente”, convirtiéndose en un lugar de visita obligada. Vecinos de todas las Parroquias de Andorra se acercaban a degustar las especialidades de Maria: truchas, Liebres, Jabalis, Escudella, Canelones y Estofados i civets cocinados con todo tipo de verduras y setas de temporada, así como flanes, cocas i otros dulces…

La Fonda se fue quedando pequeña dando lugar en el año 1932 a un nuevo proyecto, el HOTEL De BONAVENTURA COMA. Al no tener ningún hijo barón i para que no se perdiese el apellido de la familia, Bonaventura puso el nombre de COMA al nuevo hotel e hizo prometer a sus hijas que nunca se cambiaria. Sus terrazas acristaladas y salón de billar eran el reflejo de la modernidad de la época.

Pero este ilusionante proyecto no duró mucho ya que, lamentablemente, Maria Coma enfermó falleciendo poco después. El Hotel fue cedido en arrendamiento durante un periodo hasta ser recuperado por las hijas del matrimonio que con absoluta entrega y el positivismo heredado de sus progenitores, no tardaron en recuperar el ambiente social. Su Sala de Baile, con música en directo de acordeonistas , se convirtió en el principal centro de reunión de mozas solteras y pretendientes de los alrededores.

Corría el año 1952 cuando Bonaventura cedió nuevamente en arrendamiento el Hotel (todas sus hijas se fueron casando y criando a sus propios hijos…), hasta que la “pubilla” de “Cal Ventura” (receptora de la herencia en ausencia de varones), Mercé Coma, retomó el timón del negocio con su marido, Josep Riba, adecuando nuevamente el confort del establecimiento a las necesidades de una nueva época.

Cuatro fueron los hijos del matrimonio: Mercé, Eva, Eduard y Josep María. Continuando con las incorporaciones generacionales, en 1976 fue inaugurada la reforma del HOTEL COMA junto con su hija mayor, Mercé Riba y su marido, Emili Prats.

La explotación del negocio por parte de los padres se perpetuó hasta 1.985, fecha en la que fue cedida a su hijo Josep Maria el cual, habiendo finalizado su formación académica de Hostelería y Turismo, continuó aportando experiencia y nuevos proyectos hasta hoy, tales como el conocido Restaurante Topic, un referente local en el centro de Ordino.

Hoy, su joven hijo Bonaventura, hijo de Josep Maria Riba y Yolanda Cid, es el perpetuador de las ilusiones de este proyecto ancestral que mantiene candente su recuerdo en el pasado como una suave caricia vislumbrando paralelamente el futuro con la ilusión intacta.